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Nuevamente y como es habitual en estas fechas, me paso por aquí con el fin de recordaros algunos consejos básicos para las fiestas que están a la vuelta de la esquina. Una vez que cuelgan todo el alumbrado navideño en Gijón / Xixón, es buen momento para redactar estas líneas.
Casi todo el mundo quiere una guía rápida para poder afrontar las fechas de una forma práctica, saludable y si puede ser, no llevarse unos kilos de más. Pero las personas que me conocéis sabéis que ese no es mi estilo de divulgación: ni por los consejos rápidos, ni por los kilos de más (los cuales no deberían nunca suponer un problema).
Esta debe ser la tercera vez que me dirijo a vosotros/as, los/as que me leéis, con el mismo motivo pero con diferente enfoque, al menos con respecto al primer año. Este 2025 os lo voy a poner más fácil aún, siendo esta publicación de rápida lectura. Si lo preferís, también podéis acceder a este contenido desde mi cuenta de Instagram. ¿Estáis listos?
¡Comenzamos!
Consejo 1:
Tienes todo el derecho del mundo a consumir los alimentos que más te apetezcan (a menos que tengas algún efecto adverso hacia alguno de ellos). Disfrútalos sin culpa, sin remordimientos y sin planificar cómo vas a compensar esa ingesta.
Recordad que lo que queremos por encima de todo, es tener una buena relación con nuestra alimentación y por ello, nunca se compensa una comida.
Consejo 2:
No tienes por qué controlar las porciones de consumo. A menos que exista algún problema, trata de honrar tus sensaciones de hambre y saciedad.
Con la frase «A menos que exista algún problema» me refiero a que en ciertas patologías, como puede ser un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) o un trastorno digestivo por poner dos ejemplos, puede que no se detecten esas señales de hambre y saciedad aún formando a nuestro/a paciente. Y es más, en dichos casos, podría ser contraproducente.
Consejo 3:
Es normal que durante las fiestas comas, te ejercites, duermas, etc. de forma diferente, por lo que también es normal que observes fluctuaciones en tu peso y/o tamaño corporal. Pero ninguno de estos dos definen tu salud.
En ese «etc.» pueden caber muchas más variables, casi innumerables. Puede haber incluso más estrés y más ansiedad porque la norma habitual nos dice que debemos estar contentos/as y relajados/as en estas fechas que son tan «felices» pero la realidad puede ser muy distinta para muchas personas. Recordad nuevamente que la salud viene definida por los determinantes sociales de la salud y que estos son muy extensos y complejos.
Consejo 4:
No permitas que cualquier persona tenga la libertad de opinar sobre tu cuerpo. No es su incumbencia, pero es importante que respondas ante tal falta de respeto hacia ti. (Si puedes hacerlo de forma amable, mejor).
¿Por qué hacerlo de manera amable cuando os están faltando? Porque pese a que otras personas se metan en asuntos donde nadie les llamó, esto no quita para que sigamos manteniendo las formas y/o ser fiel a nuestros valores. «Verás, no sé si sabes que no es respetuoso comentar sobre el cuerpo de otras personas, básicamente porque es un asunto privado que a nadie más le concierne». Sé que no es fácil decir todo esto, y puede que no estéis listos para ello, pero pensad en la satisfacción que produce.
Consejo 5:
Si hay ciertas reuniones sociales en torno (o no) hacia la comida con las que especialmente no te sientas cómodo/a y puedes evitarlas, evítalas sin mayor remordimiento.
Y tratad de no darle más vueltas al asunto. Pensad en vuestro bienestar. No porque sea Navidad hay que tolerar todo.
Consejo 6:
Sé cauteloso/a con tus propósitos de año nuevo (si los tienes). Sé realista. Entre ellos, te deseo que no empieces de forma automática una nueva dieta el 1 de enero.
Es extremadamente importante que si os sentís tentados/as a realizar una lista de propósitos, solo os embarquéis en aquellos que resulten factibles de alcanzar. Respecto a las dietas, ya sabéis cuál es mi postura. Podéis leer más al respecto aquí.
Consejo 7 y último:
Si estos días festivos son difíciles para ti, intenta desconectar todo lo que puedas y procura tratarte con la amabilidad y respeto que mereces.
Como siempre se suele decir: pensad en una persona a la que queráis. ¿Cómo os dirigiríais a ella? Con todo el respeto y cariño del mundo, ¿verdad?. Lo mismo merecéis cada uno/a de vosotros/as.