La adquisición de buenos hábitos alimentarios y también hábitos de vida para procurar el objetivo fundamental a alcanzar: mejorar la salud y la calidad de vida, dependen de varios factores que bien pueden ser intrínsecos o externos.
Las creencias y actitudes que una persona tenga acerca de la salud y la alimentación en términos generales, sus conocimientos previos en la materia, su nivel de estudios, etc. van a tener una influencia directa sobre todo el proceso de cambio de hábitos. Recordemos que el cambio (y todo lo que de por sí conlleva), adoptando unos hábitos dietéticos y de vida más saludables es necesario si se quiere mejorar la salud, haya o no, otros objetivos secundarios o terciarios (pérdida de peso, pérdida de masa grasa, ganancia de masa muscular, etc.).
Resalto hábitos de vida dado que sigue extendiéndose la creencia errónea de que, en el caso de la pérdida de peso, comer menos y tener mayor actividad física es lo que nos procurará dicho objetivo. Como buen punto de partida antes que realizar estas acciones, se debe prestar atención a todos los determinantes de la salud, ser conscientes de qué conocimientos y herramientas disponemos para mejorar aquellas secciones que podemos mejorar y al mismo tiempo, poder admitir y aceptar que no todo depende de nuestras buenas acciones: hay mucho que se escapa fuera de nuestras manos y que siempre va a estar presente.
Sin ir más lejos, en el gráfico de algunas de las variables que promueven el cambio y que se adjunta a continuación, hay muchas que nosotros mismos no podemos tener un control sobre ellas sean éstas, por nombrar algunas: el apoyo externo recibido, el acceso a alimentos saludables, las costumbres culturales que nos rodean, la falta de tiempo, el trabajo (y el tipo de trabajo), el ambiente físico general, el estado emocional, las condiciones físicas de la propia persona, etc.
Esto no quiere decir que no podamos hacer nada al respecto, si no que nos informa sobre qué acciones podemos actuar y cuáles deberemos tratar de aceptar buenamente como podamos, procurando ser más amables con nosotros mismos.
La referencia del gráfico está en el mismo pie de la imagen. Pertenece a un libro que recomiendo encarecidamente a Dietistas – Nutricionistas y Técnicos Superiores en Dietética y que fue un regalo de un buen amigo y compañero de profesión, Fernando Rojo Fernández.
Se agradece difusión de la imagen siempre y cuando no se manipule.
Espero que os invite a la reflexión.